Fuente:Spectrumnews.org

Los rasgos del Autismo se hacen más visibles en las chicas una vez que entran en la adolescencia.

Los rasgos del Autismo se hacen más visibles en las chicas una vez que entran en la adolescencia, y a su vez se mantienen estables en los niños, según los resultados de un estudio que se presentaron el mes pasado en Encuentro Internacional de Autismo 2017 celebrado en San Francisco, California.

Las chicas con Autismo son conocidas por enmascarar sus síntomas durante la infancia temprana. Basándose en esta teoría, los investigadores pensaron que las chicas perfeccionarían la forma de ocultar estos síntomas con la edad, por lo que en la adolescencia estos rasgos seguirían ocultos, pero se encontraron lo contrario, lo que fue una sorpresa para William Mandy, profesor titular de Psicología Clínica en el University College de Londres.

Se estima que el ratio entre niños y niñas es de 4.5 niños con Autismo por cada niña con TEA (a la edad de 8 años), aunque a medida que sube la edad,  William Mandy, asegura que el ratio es más ajustado.

El equipo de este profesor examinó los datos de un estudio de Reino Unido que ha recopilado información de salud a largo plazo sobre más de 14.000 niños nacidos en Bristol, entre 1990 y 1992. Los investigadores examinaron una medida del comportamiento social en 4.960 niños y 4.784 niñas a los 7, 10, 13 y 16 años de edad, utilizando el Social Communication Disorders Checklist (SCDC) un reporte de padres psicométrico.

El equipo examinó los datos que ha recopilado información de salud a largo plazo sobre más de 14.000 niños

Entre los datos de estudio se encontraba un cuestionario llamado «Lista de Verificación de Trastornos de la Comunicación Social» en el que se pedía a los padres que calificaran el comportamiento social de sus hijos. 

A los 7 años, los niños obtienen peores resultados que las niñas en esta medida, pero a los 16 años las niñas tienen puntuaciones promedio similares a los de los chicos.

No está claro si las características del Autismo aparecen más tarde en las niñas o se disparan debido al estrés de ser un adolescente, un época con más exigencias sociales que pondrían de relieve carencias que anteriormente no se habrían detectado.

Alternativamente, puede haber cambios biológicos relacionados con la pubertad que hacen los rasgos más evidentes. 

El estudio tiene algunas limitaciones. Por un lado, se basa en el seguimiento de rasgos de Autismo en la población en general en lugar de estudiar a los niños diagnosticados con anterioridad y tampoco evalúa los comportamientos repetitivos, una característica importante del Autismo.

«Tenemos que mirar con un poco más de detalle para decir con certeza que se trata de dificultades de comunicación social relacionadas con el autismo las que estamos viendo en estas mujeres«, dice. «Hay trabajo por hacer, pero sigue siendo intrigante.»

Por otra parte, una de las ventajas de observar los rasgos en la población general es que las pruebas de diagnóstico para el Autismo a menudo se echan de menos a las niñas con TEA, explicó Mandy. Confiar sólo en los niños diagnosticados podría sesgar los hallazgos.

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