En numerosas ocasiones tanto profesionales como familias se plantean la pregunta ¿Qué clases extraescolares son las más adecuadas para las personas con TEA? ¡Vamos a verlo!

Las personas con Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) y las familias de las personas diagnosticadas con este trastorno no son diferentes a las demás, por lo que muchas de sus necesidades, dudas y modo de organización de la vida familiar en cuanto al ocio, tiempo libre y actividades extraescolares pasan por las mismas inquietudes: ¿Será esta actividad conveniente?, ¿No estaré llenando demasiado la agenda de mi hijo/a?, ¿Le estaré haciendo perder el tiempo?, ¿Será esto lo que le gusta?, ¿Fútbol, música o natación?…

Para responder a todas estas cuestiones la mejor opción es pensar de manera sencilla y dando prioridad al bienestar de nuestros hijos, teniendo en cuenta algunos puntos clave:

El ocio, para que sea ocio auténtico, debe ser voluntario. No se puede obligar a nadie a jugar o a participar en alguna actividad lúdica porque ésta dejaría de ser divertida y, todos estaremos de acuerdo en que el ocio debe ser divertido. Para ello es importante partir, como siempre, de los intereses y motivaciones de nuestros hijos y no de los nuestros.

Es importante tener en cuenta la edad de la persona para que la actividad elegida sea ajustada a su nivel de desarrollo, así como ajustada al nivel de sus destrezas y habilidades, pues no es cuestión de frustrarles exigiéndoles cosas que no van a poder hacer, facilitándoles por supuesto los apoyos que necesiten para alcanzar el éxito en la actividad a realizar.

Las actividades extraescolares deben seleccionarse de manera individualizada, para ello es recomendable preguntar su opinión a los profesionales que trabajan con ellos, pues seguro que nos dan pistas y sugerencias adecuadas a la persona.

Debemos diferenciar el tiempo y/o las actividades de ocio de las actividades terapéuticas, de modo que tengamos claro los objetivos y el por qué de la realización de cada actividad.

Todas las personas necesitan de tiempos no dirigidos de distensión. No se trata de llenar la agenda de nuestros hijos para que estén ocupados las 24 horas del día, se trata de darles opciones y actividades que les proporcionen felicidad. El cargar las agendas extraescolares de nuestros hijos significa estrés para ellos y para nosotros, y eso no es felicidad. Como padres debemos también enseñar a nuestros hijos a estar en casa, a compartir momentos familiares, momentos individuales, tiempos de espera, gestionar el aburrimiento, fomentar la imaginación y la creatividad, etc.

Y, por supuesto, todas las actividades de ocio y de tiempo libre deben ser lo más inclusivas posible, para lo cual se necesitarán tener presentes los apoyos y recursos adecuados, tanto materiales como personales, para que así sea.

Por último, es importante escuchar a la persona con TEA y estar atentos a sus reacciones, gustos, preferencias y necesidades para, en definitiva, saber si hemos “acertado” o no con la actividad elegida y con su frecuencia de realización.

Con estas ideas en mente… ¡A disfrutar!

Laura Hijosa Torices
Psicóloga
Federación Autismo Madrid

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