Tengo algo que contarte

Autora: Virgina Luna Ibáñez

Lunes, 21 de octubre de 2013

Querido diario,

Hoy me embarco en una nueva experiencia, empiezo como voluntaria en la Asociación de Autismo de mi ciudad. Llevaba tiempo detrás de una actividad como ésta y qué mejor que hacerlo con un colectivo del que poco conozco más allá de la teoría.

La semana pasada ya tuve mi primera toma de contacto con la responsable del voluntariado en la que me explicó algunas de las particularidades tanto del grupo como de cada uno de los jóvenes que lo forman. Sin embargo, no puedo evitar sentirme nerviosa. Todavía no sé cómo van a reaccionar los chic@s ante alguien desconocido como yo, ni cómo voy a responder yo frente a ellos. Mejor será esperar a mañana para contarte cuáles han sido mis primeras sensaciones.

¡Hasta mañana!

 Martes, 22 de octubre de 2013

¡Buenos días! Aprovecho este rato libre para escribir que ayer la realidad superó cualquier expectativa. ¿Por qué digo esto? En primer lugar, porque la respuesta y acogida por parte de los chic@s fue muy buena. Enseguida cualquier palabra o gesto por el que aceptar mi ayuda me facilitaban la tarea de integrarme y participar. Y, en segundo lugar, porque las primeras explicaciones que había recibido eran mucho más complejas sobre la realidad. Se trataba de un grupo muy heterogéneo en cuanto a habilidades sociales y comunicativas, autonomía, mundo interior, etc. Pero que, en definitiva, disfrutaba y compartía a su manera la actividad que se les proponía.

Para ser un primer día salí algo impresionada del mismo jaleo que se montaba, pero ese jaleo no dejaba de ser una forma de expresión de la alegría de cada uno de ellos. Estos días te he escrito para contar algo que está siendo completamente nuevo para mí. Ahora tardaré en volver, cuando haya tenido tiempo de conocer un poco más de cada uno de ellos.

¡Hasta otra!

[…]

Lunes, 19 de mayo de 2014

Querido diario,

Como cada lunes, hoy toca una nueva actividad con el grupo de amigos. Lo único que éstas empiezan a ser las últimas actividades del curso…

Repasando lo escrito en los primeros días, puedo decir que la historia ahora es diferente. El respeto que me producía la situación al principio ha dejado paso a la motivación porque ya conozco mejor lo que le gusta a cada uno de ellos. Los deportes, por ejemplo, son un buen tema que facilita el inicio de la interacción con uno de ellos. Cada vez hay más espontaneidad. Con el paso del curso se consigue crear cierto vínculo por el que los chic@s te buscan para comentarte sus preocupaciones, su día a día… En resumen, puedo decir que he conocido a un grupo de jóvenes que, más allá de los intereses más o menos restringidos que pueden tener (determinados objetos o partes del cuerpo, personajes de ficción…), se implican en cualquier actividad. Sus destrezas, bajo la guía adecuada, no encuentran límites. Pueden ser desde unos perfectos pinches de cocina hasta unos masajistas con los que llevar a cabo una sesión de relajación del estrés que produce el día a día. Puede que sus destrezas sociales no sean las mejores para interaccionar con sus iguales, pero la comunicación comprende múltiples formas y todos ellos encuentran una u otra con la que hacerlo; esto es, un gesto, una mirada, una forma de estar o una palabra.

Desde luego ésta ha sido una experiencia totalmente recomendable para todo aquel que disponga de un poco de tiempo libre en la que inquietarte, sorprenderte, disfrutar, compartir y, sobre todo, en la que conseguir que aquellos intereses y aficiones que permanecen ocultos puedan ser vividos y compartidos. A ver con qué seguimos al año que viene…

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