EL OCEANO ES AZUL,EL CIELO ES AZUL…MI MUNDO ES AZUL.

 Autora: Isabel Mª López Camino

Llegamos a la playa, Claudia está feliz. Nos bajamos del coche y ella se dirige rápidamente hacia el maletero. Mira muy atenta a su papá, asegurándose de que coja todas las cosas y lleguemos cuanto antes a la arena.

Nos dirigimos hacia un caminito de tablas de maderas . Claudia va delante, casi corriendo. No espera. Ni siquiera mira para atrás. De pronto, al llegar al comienzo del camino, se para bruscamente. Es cuando se gira y nos dice: adiós espina.

Y es que el último día que estuvimos en la playa nos marchamos al poco tiempo de llegar porque Claudia se clavó una astilla en aquel camino.

Llegamos a la arena y Claudia comienza a andar hasta que se detiene en el mismo sitio del último día.(una de sus habilidades es la orientación ,así como la precisión) Comienza el ritual: quitar chanclas, quitar ropa y echar crema. Ya está lista para el chapuzón. Pero algo hace que Claudia arrugue las cejas y cambie su cara sonriente por la de enfado absoluto: Papa y mama todavía están vestidos.

Llega el momento que todos tememos: la rabieta, el llanto… Me toca trabajar la demora del deseo. Ante todo, calma. Busco en mi mente qué hacer, me acuerdo de Diana(la terapeuta de Claudia,bueno,mas que una terapeuta)y se me ocurre una cosa: participación. Claudia nos ayudara a terminar de colocar las cosas debajo de la sombrilla.

Así lo hicimos y no hubo ninguna rabieta ni nada parecido. Es cuando, una vez más, pienso que gracias a Diana no me siento tan perdida en este mundo azul.

Ya dentro del agua, estuvo jugando a ser La sirenita, luego busco el sitio donde más fuerte rompían las olas y se llevó unos buenos revolcones. Pero más feliz estaba. A lo lejos, vió un  grupo de niños con diversos juguetes : cubos, pelotas, colchonetas… Ahora llegaba otro momento en el que había que trabajar: relaciones con los demás niños.

Continuamos el día estupendamente, hasta que hubo que salir del agua para almorzar. Esto para mi es una prueba de fuego ya que el punto más duro de Claudia es la alimentación. Como hago yo para que se salga del agua (algo que le gusta) y coma(algo que no le gusta? Diana vuelve a mi mente otra vez.

Allá vamos. Informo Claudia de que vamos a contar hasta diez para salir del agua. (hay que darle tiempo) Toca comer. Y después de comer toca bañarse.

Sí que hubo enfado, pero no me importó porque duro bien poco, ya que comprendió que volvería a bañarse.

Y lo más importante fue conseguir que comiera en un contexto muy diferente al que está acostumbrada, a pesar de que estuviera algo enfada por haber salido del agua.

Fue un día de playa bastante bueno, sin nada que ver con hace un par veranos ,que Claudia no duraba más de dos horas .

Ese es el resultado de trabajar y ser constante : que Claudia pueda disfrutar de un día de playa como cualquier persona. Y quien dice un día de playa, dice un día en un parque de atracciones, un día en el campo, un día de excursión…Y así con todas y cada una de las cosas que se puedan hacer en la vida.

Porque dos cosas tengo muy presentes: que toda la constancia tiene su recompensa y que hay que saber esperar.

 

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